La fuerza de tu comunidad de vecinos en tiempos del covid-19

El estado de alarma en el que nos encontramos desde el pasado 14 de marzo ha cambiado nuestras relaciones en la comunidad de vecinos. La incertidumbre y el miedo se mezclaban en las primeras semanas con cierta desinformación sobre qué se podía hacer y qué no.

Será difícil calibrar cómo de efectivas y responsables han sido las comunidades en el seguimiento de las directrices durante el confinamiento, pero ya sabemos que habitualmente nos solemos desentender de algunas de nuestras obligaciones como propietarios dentro de la comunidad de vecinos. Pensamos en ocasiones que no son tan importantes, o nos limitamos a aceptar lo que diga la mayoría, aunque renunciemos a la voz y voto que nos corresponde. Otras, sencillamente, nos olvidamos.

No deberíamos menospreciar el poder y la fuerza que como comunidad de vecinos tenemos ante cualquier situación/eventualidad que surja. Por ejemplo, una pandemia.

Este desentendimiento ocasional que muchos propietarios/as evidencian acarrea un desconocimiento de nuestros derechos y obligaciones que puede causar indefensión llegado el momento. Nuestras responsabilidades como vecinos/as y miembros de la comunidad nunca deben olvidarse ni descuidarse, para en momentos como este estado de alarma, ser más consciente de qué podemos y debemos hacer y qué no.

Una comunidad de vecinos unida y comprometida 

¿Cómo conseguirlo? Solidaridad, responsabilidad y buenas prácticas.

Los propietarios en una comunidad de vecinos, como dueños de las viviendas, somos los principales partícipes del buen funcionamiento y mantenimiento del espacio que compartimos. Nada se puede hacer sin nuestro consentimiento, lo que convendría no olvidar en circunstancias normales. El problema es que no estamos ahora bajo “circunstancias normales”. El confinamiento y el estado de alarma nos obligan a acatar una reglamentación temporal pero superior a la potestad de la comunidad de vecinos como entidad.

Código de buenas practicas vecinales

Hemos querido resumir en este post las que desde Abogados Propiedad Horizontal consideramos unas buenas prácticas entre vecinos dentro de una comunidad a implementar permanentemente:

  • Presentarse a los vecinos

Es un acertado primer paso el conocer con quiénes convives y compartes espacio. La cordialidad es importante, pero es que además ésta puede derivar en relaciones más profundas y de calado de amistad, ayuda y colaboración.

  • Los espacios comunes

Son de todos/as y deben ser cuidados con el máximo compromiso y responsabilidad. Pensar que son nuestras propias, y por tanto merecen un tratamiento acorde, pero nunca olvidando que son de la comunidad de vecinos y que ellos/as deben actuar del mismo modo. Ello repercutirá en una convivencia sana y en un disfrute verdadero de estos elementos comunes, especialmente aquellos destinados al ocio como jardines comunitarios, terrazas, pistas deportivas o piscinas.

  • Educación y buenas maneras

Si por ejemplo le pedimos a algún vecino/a de la comunidad un objeto o utensilio, ¡devolverlo! Que no se nos olvide este hecho ya que es violento que el propio prestador nos tenga que llamar la atención. Deja ya una impresión de nosotros/as, que si bien para nada debe ser definitiva ni negativa, no ayuda a disipar dudas sobre nuestra personalidad como vecino/a.

  • No molestar

Nuestro hogar comienza en la puerta de la comunidad, no de nuestra vivienda. Desde esta perspectiva nos será más fácil aceptar que el cuidado del entorno y el respeto por los vecinos/as es fundamental. Especialmente en aquellas franjas horarias de ocio y descanso donde la gente está casi seguro en sus hogares. En una comunidad de vecinos desestabilizar la armonía es un problema que suele comenzar con ruidos a deshoras, además continuados (música, reuniones, televisión a todo trapo, desmadre de hijos/as…). El decálogo del buen vecino/a implica conocer (sentido común) los momentos donde uno puede o no excederse con ruidos y otras acciones.

  • Ser dialogante

En nuestra comunidad de vecinos es esencial para la buena convivencia. Construir una atmósfera de equidad y respeto escuchando a los demás y expresando nuestra opinión con determinación pero con calma y sosiego. Es la mejor forma de evitar conflictos y disputas.

  • Asistir a las juntas

Ser un buen vecino/a implica ser una parte activa de la comunidad. Dar la cara y representar tus derechos yendo a cada Junta y velando por el buen devenir de la finca. De otra manera, perderemos nuestro derecho innato como propietarios/as a decidir sobre las materias importantes del lugar donde vivimos.

  • Conciliador y positivo

Especialmente en las juntas de vecinos donde vamos a discutir temas comunes y delicados, y donde cada uno de los propietarios/as tiene el mismo derecho a expresar sus opiniones. Es aconsejable afrontarlas con un buen ánimo y espíritu de concordia para llegar a las mejores conclusiones para la comunidad de vecinos y su prosperidad.

  • Agentes externos

Esta actitud conciliadora y de respeto se debe extender a las personas o empresas y colectivos que también forman parte de la comunidad de vecinos. Hablamos del administrador de fincas (si lo hubiese), colectivo de limpieza u otros servicios, gestores, etc. Juzgar su trabajo hacia la comunidad desde la objetividad.

  • Equidad

Cuando nos toque ser presidente de la comunidad, o vicepresidente, no significa ningún poder sobre cualquier otro vecino/a. Es una responsabilidad hacia ellos/as y hacia la comunidad de la que formamos parte, no una licencia para actuar desinteresada o ilegalmente.

  • Cumplir con nuestras obligaciones contributivas

Contar con algún moroso en la comunidad es un foco de inquietudes y malestar recurrente. Las derramas van a darse y hay que cumplir con ellas en aras del buen mantenimiento y funcionamiento de las instalaciones de la comunidad de vecinos. Asegurarnos de que el proceso se desarrolla de forma transparente y de acuerdo al consenso del grupo.

La comunidad de vecinos durante el estado de alarma

Durante la crisis del covid-19 muchas de estas costumbres de buena convivencia se ven alteradas por el bien sanitario y común. En ciertas provincias, como en Madrid, promulgadas desde el propio Ayuntamiento para concienciar a las comunidades de vecinos del momento de excepcionalidad que vivimos y de la responsabilidad de cada uno de nosotros/as en la erradicación de tal amenaza.

Unas indicaciones que abarcan también a los trabajadores de los edificios y de las fincas de vecinos, tanto los dependientes directos de los inmuebles y residencias, como empresas externas contratadas por servicios. Hablamos por tanto de porteros/conserjes, jardineros, limpieza, mantenimiento general, etc, a los que se conmina a extremar las medidas de higiene personales y la de los elementos comunes del espacio más proclives a entrar en contacto con los vecinos/as y resto de usuarios/as.

Constitución de una comunidad de propietarios durante el estado de alarma

Se han dado casos, pocos, pero se han dado de entrega de llaves de viviendas en fincas donde los propietarios/as estaban en proceso de constitución de la comunidad de vecinos cuando el estado de alarma nacional entró en juego. En estas situaciones, el proceso no sufre variaciones, sólo un considerable retraso en su ejecución.

Por ejemplo, una de las primeras decisiones a tomar es en quién recae la responsabilidad de la gestión del inmueble. Si efectivamente la lleváis vosotros/as, se dará forma a la comunidad de propietarios. Pero sin notarías disponibles, la oficialidad del acontecimiento no se podría sellar completamente.

Si por el contrario se opta por un gestor externo (administrador de finca), será éste quien deba supervisar todas las actuaciones para el buen mantenimiento del edificio. Eso sí, todas sus acciones finales estarán supeditadas a los acuerdos llevados a cabo bajo consenso por la comunidad de vecinos.

En estas semanas de paralización general por la crisis sanitaria, en este último supuesto las gestiones sí que se han podido acelerar entre vecinos/as, administrador y los abogados especializados en propiedad horizontal que representen al conjunto de propietarios/as.

Presidente de la comunidad

Paso fundamental que se debe haber podido acometer durante este confinamiento sin muchos problemas gracias a la colaboración y comunicación entre comunidad y sus representantes legales. Es un rol, eso sí, que muchos/as rehúyen, pero que todo propietario/a asume durante un año al ser una posición rotativa. El caso es que desde tal posición, el propietario/a velará por el beneficio común de todos/as en el seno de la comunidad de vecinos. Cualquier incidencia que ocurra deberá afrontarla y subsanarla.

Además, está en su deber no dejar que la fuerza de la comunidad de vecinos se resienta. Es decir:

  • Fomentar la participación de otros inquilinos/as convocando juntas de propietarios (no mientras dure el estado de alarma)
  • Ser portavoz y amplificador de las sugerencias del resto de usuarios/as de la comunidad (ej. Informar de obras en algún piso o mediar ante actividades molestas)
  • Ser partícipe en la contratación de cualquier servicio u obra (a día 22 de mayo, ya es posible acometer obras en las comunidades de vecinos)

La suma de todos los propietarios/as 

Como conjunto de vecinos/as, la comunidad es el ente que toma las decisiones finales. Más que nunca en este periodo de crisis sanitaria en la que nos encontramos, la comunidad de vecinos ha de sumar como una unidad, nunca por separado. Como propietarios/as, no debe haber lugar para el egoísmo. Cumplir las normas de compartimiento sociales para evitar la propagación del covid-19.

En condiciones normales, los propietarios/as por separado tienen la potestad de decidir sobre su vivienda. Casos como hacer reformas o instalar sistemas de seguridad sólo os incumbe a vosotros/as. Pero en el funcionamiento actual de una comunidad de vecinos, existen prohibiciones a nivel nacional en la toma de decisiones individuales de este tipo (presencia de operarios en instalaciones comunes si no hay una entrada independiente a esa vivienda). Dependiendo de las fases de cada comunidad autónoma, estas restricciones se van limitando hasta que desaparezcan.

Conocimiento de vuestros derechos   

Debéis estar bien asesorados/as cuando toquen temas legales y jurídicos que lo normal es desconocer, más aun ahora con la crisis sanitaria. Ejemplo, tramitación de siniestros o reformas en zonas comunes. En este caso, hay que hay que estar en contacto con nuestro administrador de la finca y con los abogados de la comunidad para no dar un paso en falso y generar controversia con el resto de personas.

Conclusiones

Una comunidad de vecinos en tiempos de pandemia ha de ser más comunidad de vecinos que nunca en términos de responsabilidad y solidaridad. Algunos de nuestros derechos y posibilidades han quedado limitados por el estado de alarma, y debemos conocerlas. El presidente de la comunidad, junto al administrador de fincas debe proveer al resto de vecinos de las actualizaciones pertinentes sobre qué se puede hacer y qué no.

También si se pretendía acometer alguna obra individual o colectiva, dando a conocer las normativas correspondientes de acuerdo a los recientes y continuados decretos ley aprobados por el Gobierno durante esta crisis. Ahí radica la fuerza de una comunidad de vecinos en los duros momentos del covid-19.

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